El trono desde una historia de mobiliarios es una derivación de la silla. Por lo general siempre se muestra como un sillón grande y distante, donde solo se pueden sentar los monarcas. Es aquí donde el trono muestra su esencia lujosa y así deja dar cuenta de su gran riqueza y elaboración. Tiene un papel simbólico sobre un poder muy restringido. El trono se configura a los actos ceremoniales, en el que trasciende con un ritual de entronar y que se desarrolla con la “coronación”, dando a entender que se le ha otorgado a alguien un nuevo poder.

 

El trono como representación de poder no fue muy retratado en la edad media en la monarquía. Inicialmente solo se mostraban personajes religiosos en sus tronos, pero luego de la edad media es donde se retratado con una mayor cantidad personajes donde no ocupan un lugar eclesiástico (como los monarcas de los estados absolutistas o los emperadores). Aun en la actualidad conservamos pequeños rasgos de la edad media. Una muestra de eso en la monarquía es la reina Isabel ii o el poder eclesiástico de los papas que aun predomina, ambos conservan su trono como símbolo de poder.