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El Preso

J. GABRIEL BARRIOS CRIOLLO

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Las cárceles en la edad media eran por lo general sitios adecuados para recluir a los prisioneros. Muchas veces estos no tenían las más mínimas condiciones de higiene, pues en realidad no se buscaba para nada el bienestar del cautivo, por lo general eran lugares subterráneos de castillos, monasterios y otros edificios dentro de la ciudad. Así pues  muchos de los presos culpables o presuntos culpables podían llegar a estar recluidos a voluntad del señor feudal indefinidamente confinados aunque muchos de los crímenes podían ser perdonados según el estatus social del condenado. De esta manera los castigos llegaban a ser extremadamente crueles desde la mutilación de extremidades, sacada de ojos, quemaban manos por lado y lado e incluso los marcaban con hierro. Todo en un ambiente carnavalesco y de distracción popular en donde se mantenía el tormento como significado de la sanción negativa ante el mal comportamiento. La noción de individualidad no aparecía en ninguna parte simplemente se quedaba a voluntad de los captores. Muchos de estos castigos se encontraban  estipulados en leyes aplicadas en las ciudades estados.

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