Podemos observar el uso de útiles agrícolas, de vital importancia para la agricultura puesto que el desarrollo de estos significa mayor eficiencia del trabajo agrícola y muchas veces también mejores resultados en las cosechas. Nuestro campesino se está encargando de arar la tierra preparándola para la siembra para lo cual está haciendo uso de un arado, un yugo y una aguijada. Durante la edad media se utilizaron dos modelos básicos de arado, el arado romano (aratrum) y el arado de ruedas (charrue). El primero solo arañaba la tierra y a largo plazo requería de cuidados adicionales.  Mientras que el otro permitió trabajar tierras de aluvión de llanuras y zonas pantanosas de Europa  atlántica y central, con tierras húmedas y pesadas. El arado romano fue el principal tipo de arado usado en la toscana del siglo XIV y siguió siéndolo durante el siglo siguiente. Esto debido a la evidencia iconográfica y al hecho que la toscana es una región mediterránea y según varios autores el arado de ruedas tuvo escasa presencia en regiones con climas mediterráneos.