Es difícil distinguir gran parte del contexto del personaje debido a que alrededor de este hay espacios que el tiempo se encargó de borrar, pero podemos hacernos una idea del simbolismo que encierra gracias al propósito de este fresco: exponer los efectos de la posesión o egoísmo colectivo dentro de La Ciudad y sus nefastas consecuencias.

Vemos a un caballero con armadura caminando mientras sale de la ciudad, no va montado en su caballo. Quienes lo escoltan podrían ser identificados como la representación de todo lo que El Caballero simboliza y su huida de la ciudad; es decir, la salida de estos valores del espacio que tuvo un fin nefasto por la preferencia al egoísmo colectivo. Ya no vale la pena luchar por causas justas dentro de este lugar, pues no puede seguir siendo considerado “justo” en toda su definición. El Caballero va a proteger y defender otros sitios, porque este ya no lo necesita. La ciudad está hecha trizas a su alrededor y este no hace nada.