El reclutamiento de las fuerzas militares inicialmente era personajes pertenecientes a la Elite, quienes contaban con los recursos suficientes para proveerse de toda la indumentaria requerida. El pertenecer a los ejércitos o fuerzas oficiales era una cuestión de honor y buen nombre para la época. Los soldados de infantería de la obra de Lorenzetti pueden corresponder a un grupo  de contadini (campesinos) reclutado  por los Nueve en  1302 para mantener la paz en la campiña sienesa. Aunque las fuerzas especiales todavía existían en la redacción de la constitución de 1337-1339, tras el abandono de la fuerza militar urbana de 1000 por terzo, la comuna quería asegurarse que en esos momentos sólo se soliciten los Contadini seleccionados de lealtad conocida.