Esta figura salvaje, sin espíritu ni moral, expresa la base de todo mal gobierno, donde el beneficio particular se impone sobre el común.

 

La alegoría representó no solo la lujuria, sino todo lo que es opuesto al bien común. Fue como la figura que encerró el némesis del buen gobierno. Ya que un gobierno basado en la lujuria, es un gobierno basado también en el egoísmo, en la individualidad, en la avaricia y en todos los pecados cristianos de los que puedan derivar. El no poder controlar las bajas pasiones, hace que todos los pecados se desaten.

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El macho cabrío, cómo representación simbólica posee ciertas características importantes: como el pelaje y los cuernos, que en ciertos contextos pueden adquirir cierta similitud con los sátiros, o que en otros casos, pueden llegar a emparentarse con el cordero de Dios y tener un significado completamente opuesto al anterior.